Ese precisamente es el problema de utilizar pantallas en el exterior, que quedan negras a causa de la luz solar que inciden en su interior y evitan que los píxels puedan brillar por si solos.
Para solucionar estos problemas existen tres cuestiones a tener en cuenta. La primera de ellas es que el frontal debe de estar constantemente ventilado, la segunda que el monitor sea transflectivo, y la tercera que tenga un mínimo de 1.000cd/m2 aproximadamente.
El sobrecalentamiento del área de los píxels provoca que éstos dejen de actuar como deberían y el monitor deje de funcionar, por lo que es muy importante que el área del frontal esté continuamente ventilada. Si situamos el monitor detrás de un cristal (como suele suceder en los casos que hay que situar un cristal antivandálico de 6mm), nos debemos de asegurar que la zona entre el monitor y el cristal esté continuamente ventilada.
Los monitores transflectivos son unos monitores que cuentan con filtro que impide que la luz solar entre en el interior del monitor, evitando que quede ciego y reflejando los rayos solares hacia el exterior.
Las Candelas es una medida de iluminación de los píxels en un punto fijo. Mientras más candelas tenga un monitor, mejor se verá en el exterior porque mayor luz emite desde su interior. Lógicamente mientras más candelas tenga un monitor, más caro será, y si además es transflectivo, esto hará que también aumente aún más su precio, pero lo que no deberemos nunca hacer es intentar reducir exageradamente el precio del monitor para llegar a montar un monitor normal y corriente, porque luego tendremos problemas.
Aunque la mejor opción es una mezcla de las dos tecnologías (transflectivos y a partir de 1.500 cd/m2), estos modelos de Samsung son realmente una buena y económica opción para situaciones de exterior.
